Las callosidades, o callos como comúnmente se les llama, son capas de piel muerta gruesa que se vuelve rígida por la acumulación de células muertas. Aparecen como consecuencia de una presión o fricción desacostumbradas sobre la piel, frecuentemente causadas por zapatos que no se ajustan bien a la morfología del pie o deformidades como los juanetes.
Los callos son, en realidad, un mecanismo protector del cuerpo, ya que al engrosar y endurecer esa zona que sufre constantes roces y presiones evita la aparición de ampollas que pueden provocar mayores molestias y dolor. Por lo tanto, no se trata de alteraciones graves, pero sí pueden llegar a molestar y son muy antiestéticos. Mediante la quiropodia, un podólogo puede ayudar a eliminarlos completamente y devolverle la elasticidad a la piel de una forma rápida e indolora.
La quiropodia es un tratamiento podológico que consiste en la eliminación de alteraciones leves del pie como los callos, los cuales en su mayoría aparecen por el uso de calzado inadecuado o determinadas deformidades de las articulaciones. Gracias a este sencillo proceso, el podólogo puede evitar molestias o complicaciones derivadas de ellas mejorando el bienestar de la persona que las padece.
En el Instituto Podológico Mexicano ubicado en Av. Santiago #33-A Piso 1 (entrada x Playa Tenacatita) Esquina con Playa Tenacatita, Col. Santiago Sur, Iztacalco C.P. 08800, puedes encontrar ayuda ya sea para tratar los callos que puedan llegarse a presentar en tus pies, o para formarte como un podólogo experto. Aquí podrás contar con una preparación de calidad para que puedas brindar alivio a todos tus futuros pacientes, gracias a la experiencia de profesionales altamente capacitados que te instruirán con técnicas de vanguardia para que puedas iniciarte como un profesional.
Como este tipo de alteraciones, en especial las callosidades y las durezas, suelen aparecer cada cierto tiempo, es recomendable acudir a una clínica podológica con cierta regularidad, ya que de este modo mantendrá tus pies en un buen estado de salud y un profesional los revisará periódicamente, por lo que podrá detectar cualquier otro problema mayor y así ponerle solución de una forma más sencilla y efectiva.
Existen diversos tipos de callos en los pies (helomas) que en función de su causa y de su localización se denominan de diferente forma:
- Callo duro o clavo: Aparecen en el dorso de los dedos o a nivel plantar. En el caso de los dedos, se generan por deformidades digitales como desviaciones de estos, dedos en garra o martillo y la presión del calzado. Mientras que los callos que aparecen en la planta del pie suele tener el origen en la forma de pisar, en la alteración de un hueso metatarsiano o la alteración del reparto de las presiones en la planta.
- Callo blando: También conocido como heloma interdigital, suelen aparecer entre los dedos, con las molestias continuas al calzarse. Normalmente, surgen por la presión que ejercen los cóndilos (bordes óseos) de las falanges de los dedos.
- Heloma neurovascular: Es uno de los callos que más dolor produce ya que el núcleo del callo comprime o estrangula a un nervio superficial de la piel y en ocasiones a un capilar sanguíneo.
- Helomas periungueales: Formaciones de queratina que se localizan en el surco o canal periungueal y se desarrollan debido a la presión que ejerce la lámina ungueal contra el canal ungueal. Existe predisposición en las uñas en teja o en aquellas que presentan una excesiva curvatura, de modo que los laterales inciden excesivamente sobre el canal. Este tipo de callos son formaciones pequeñas que tienen forma alargada, suelen ser profundos y muy dolorosos. Aunque, muchas veces pasan inadvertidos y el dolor en la zona se atribuye a otras causas.
- Heloma de talón: Cuando el pie se apoya en el canto externo de la planta del pie se pueden llegar a formar helomas en el lateral del talón. Mientras que los pies que apoyan sobre el canto interno de la planta del pie desarrollarán estas lesiones en la zona medial y no en el lateral. La causa más frecuente de su desarrollo es el uso de calzado descubierto en el retropié y la presencia de piel seca.
- Heloma subungueal: El clavo plantar o callo debe diferenciarse de otras patologías, también habituales. La más frecuente es el papiloma o verruga plantar, que cursa con sintomatología similar, pero tiene una causa infecciosa vírica, por lo que requiere de un tratamiento específico.
En caso de presentar alguna lesión como las antes descritas, recuerda que nunca se debe manipular una lesión en el pie sin consultar con un médico especializado, ya que puede ser algo distinto de lo que pensamos. Lo mejor es que acudas con un podólogo experto que pueda ayudarte.
En caso de que tengas alguna duda adicional, acércate al Instituto Podológico Mexicano, estaremos felices de atenderte.